En medio de la tensión por la invasión a Ucrania y las crecientes disputas con la OTAN en Europa del Este, el presidente Vladimir Putin hizo un llamado a la población rusa a tener al menos dos hijos para garantizar la supervivencia étnica del país. Durante una visita a una fábrica de tanques en la región de los Urales, Putin enfatizó que este número mínimo era esencial para la preservación de las identidades culturales en Rusia.

"Si queremos sobrevivir como grupo étnico en Rusia, debemos tener al menos dos hijos", expresó Putin ante los empleados de la fábrica. Además, abogó por que las familias consideren tener tres o más hijos para contribuir al desarrollo y prosperidad de la nación.

El discurso del presidente ruso refleja su apoyo a los "valores tradicionales" basados en la familia y la fe cristiana ortodoxa, aspectos que ha defendido a lo largo de sus 24 años en el poder. La población rusa ha experimentado una disminución gradual durante las últimas décadas, y Putin ve en la promoción de la natalidad una medida crucial para revertir esta tendencia.

El contexto de la guerra en Ucrania y las medidas restrictivas hacia ciertas expresiones de orientación sexual en Rusia añaden complejidad a la propuesta de Putin. Mientras aboga por la preservación étnica, su gobierno enfrenta críticas por limitar la diversidad de opiniones y expresiones en el país. La cuestión demográfica se convierte así en un tema clave en el discurso político y social de Rusia en un momento de tensiones internacionales.