Muerte en un 'call center': Trabajadores siguieron atendiendo llamadas a lado del cadáver de su compañera
Una trabajadora de 57 años, identificada como Inma, falleció el pasado martes mientras se encontraba en su puesto de trabajo en un 'call center' en Madrid. El suceso ocurrió alrededor de las 12:30 p.m. en una oficina de la empresa de call centers Konecta, ubicada en el distrito de San Blas. Lo sorprendente es que, a pesar de la presencia del cadáver de la empleada en la misma sala, los teleoperadores continuaron atendiendo llamadas durante dos horas y cuarenta minutos.
Inma sufrió un infarto en su cubículo y se desplomó, pidiendo ayuda médica a través de una mano levantada. A pesar de la llegada del Servicio de Asistencia Médica de Urgencia (Samur) entre las 12:43 y las 12:50 p.m., no se pudo salvar su vida y fue declarada muerta aproximadamente media hora después de recibir los primeros auxilios.
La escena se vuelve aún más impactante, ya que el cadáver de Inma permaneció en el suelo de la sala, custodiado por la policía, a la espera de la llegada del juez. Mientras algunos trabajadores abandonaron sus puestos consternados, otros continuaron atendiendo llamadas sin prestar atención al trágico incidente. Según testimonios de trabajadores del sindicato CGT, un compañero confundido preguntó si podía marcharse, pero recibió la orden de continuar debido a que su labor era considerada "un servicio esencial".
La responsable de prevención de riesgos laborales de Konecta llegó a la oficina alrededor de las 2:00 p.m. y ordenó la evacuación del lugar. Sin embargo, a las 3:10 p.m., el delegado de prevención de riesgos laborales de CGT llegó a la escena y encontró a cuatro trabajadores aún atendiendo llamadas. La empresa Konecta ha negado las acusaciones de insensibilidad, afirmando que no se obligó a nadie a trabajar junto al cadáver.
Este trágico incidente ha generado indignación en las redes sociales y ha puesto de manifiesto las precarias condiciones laborales en el sector de los call centers. Los sindicatos CC OO y UGT han destacado la falta de un protocolo que regule la respuesta ante situaciones como esta. A raíz del suceso, se han reunido con la empresa, que ha asegurado que el fallecimiento de Inma será reconocido como un accidente laboral, con todas las implicaciones correspondientes en términos de indemnización.
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