Mario Aguilera, quien asumió recientemente como gobernador en suplencia de Santa Cruz, ha comunicado la implementación inmediata de un proceso de auditoría y reestructuración en la institución, en respuesta a las renuncias presentadas por los secretarios. Durante una rueda de prensa, Aguilera subrayó la necesidad de llevar a cabo estos cambios "con celeridad" para abordar de manera eficiente las situaciones presentes en la administración gubernamental.

"Apenas me enteré de las renuncias anunciadas, y eso demandaría una reestructuración, pero sobre todo hay que hacer una auditoría, corregir las cosas que se deban corregir", declaró Aguilera en una rueda de prensa tras asumir el cargo.

Aguilera asumió la Gobernación de Santa Cruz en medio de tensiones políticas, una hora antes de que venciera el plazo otorgado por una Sala Constitucional departamental a la Asamblea Legislativa Departamental para viabilizar la suplencia.

El presidente de la Asamblea Legislativa Departamental, Zvonko Matkovic, administró la posesión en una sesión breve y sin los formalismos habituales de investidura. Ante la ausencia de imposición de banda y palabras formales, Aguilera, ya investido, se retiró a la sala de prensa para leer su discurso.

En sus declaraciones a los medios, Aguilera reconoció a Luis Fernando Camacho como "el gobernador electo" y prometió esfuerzos para comunicarse con él. Afirmó que cumplirá con sus funciones y desestimó acusaciones de traición y cobardía emitidas por Camacho desde prisión.

La figura de Aguilera como gobernador suplente surgió tras la detención de Camacho y fue respaldada por un fallo del Tribunal Constitucional. El mandato de Aguilera concluirá en 2026, tras las elecciones nacionales.

En un tono firme, Aguilera destacó su compromiso con la democracia, la libertad y la lucha contra la corrupción, anunciando medidas para preservar la transparencia en la gestión gubernamental.