La lucha de poderes en el seno del Movimiento al Socialismo (MAS) se intensifica con nuevas acusaciones del ex mandatario Evo Morales contra el presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca.

En una entrevista en el programa radial Kawsachun Coca, Morales arremetió nuevamente contra sus antiguos aliados, a quienes acusa de ser los responsables de la profunda división que afecta al partido de gobierno. Según Morales, Arce y Choquehuanca estarían ejecutando un "plan" para "proscribir" al MAS, denunciando presuntas instrucciones a las autoridades locales para boicotear eventos organizados por la facción leal a Morales.

"En el fondo, Lucho y David son el primer enemigo del MAS", declaró Morales, quien además preside el partido oficialista aunque mantiene distancia con el Gobierno de Arce.

El ex presidente acusa a las autoridades gubernamentales de presionar a los dirigentes locales para que eviten asistir o impidan la realización de eventos organizados por su facción, bajo amenazas de perder proyectos financiados por el Estado. Morales considera estas acciones como traición y afirma que constituyen una clara manifestación de ser "enemigos del MAS."

Morales reiteró su denuncia de una supuesta "campaña brutal" en su contra y un "plan negro" para implicarlo en casos de narcotráfico o legitimación de ganancias ilícitas por parte del Gobierno de Arce. Según él, estos son elementos de un plan más amplio para proscribir al MAS, una acusación que ha planteado en varias ocasiones.

El distanciamiento entre Morales y Arce se profundizó a finales de 2021, cuando el ex presidente solicitó cambios en el gabinete ministerial, una petición que no fue atendida por el actual presidente. La brecha se amplió durante el congreso nacional del partido en octubre pasado, donde Morales fue ratificado como presidente del MAS y designado "candidato único" para las elecciones de 2025, un evento al que Arce y Choquehuanca decidieron no asistir.

El Tribunal Supremo Electoral anuló posteriormente dicho congreso, citando irregularidades en la acreditación de requisitos y la representación de la militancia. Aunque un juzgado local revocó la decisión, el TSE ratificó esta semana que el MAS debe realizar un nuevo congreso, profundizando aún más las tensiones internas en el partido oficialista.