El presidente de Bolivia, Luis Arce, ha recibido críticas por parte de diversos sectores tras la ratificación del ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo. Incluso el ex presidente Evo Morales, líder del Movimiento al Socialismo (MAS), comparó a Del Castillo con su antecesor, Arturo Murillo, y se mostró como el primero en criticar su permanencia en el cargo. Morales publicó en Twitter responsabilizando al ministro ratificado de cualquier atentado contra su vida o integridad física y afirmó que el MAS nunca claudicará en su lucha contra la corrupción y el narcotráfico. Desde la oposición, Carlos Alarcón comparó esta ratificación con el desconocimiento del 21F por parte de Morales y pidió un juicio de responsabilidades.

En medio de estas críticas, la senadora Andrea Barrientos también comparó a Del Castillo con Murillo, afirmando que el MAS es la decadencia de Bolivia. Además, la diputada María René Álvarez denunció que sus padres fueron víctimas de violencia, vinculando estos hechos con la interpelación y censura del ministro. Estas reacciones reflejan la polarización política en Bolivia y el descontento hacia la decisión de ratificar a Del Castillo como ministro de Gobierno.

A pesar de que el presidente Arce sostiene que respeta la Constitución y escucha al "mandato popular", las críticas hacia la ratificación de Del Castillo muestran la existencia de tensiones y desacuerdos dentro del país. La comparación con Arturo Murillo, un polémico ex ministro de Gobierno, y las acusaciones de corrupción y protección al narcotráfico han generado fuertes debates políticos en Bolivia. El resultado de esta situación aún está por verse, pero es evidente que la decisión del presidente Arce no ha sido bien recibida por varios sectores de la sociedad.