Un reciente informe presentado por MapBiomas y la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) ha revelado datos preocupantes sobre la disminución de aguas superficiales en Bolivia, especialmente en el departamento de Santa Cruz. La pérdida de estas aguas entre 1985 y 2022 es un reflejo de la creciente preocupación por el calentamiento global y la deforestación en la región amazónica.

Según el informe, Bolivia ha perdido el 39% de sus aguas superficiales naturales, incluyendo ríos y lagunas, durante este período. El departamento de Santa Cruz es especialmente afectado, con una disminución del 65%, equivalente a 265,107 hectáreas menos de aguas superficiales.

Esta pérdida de aguas superficiales está vinculada directamente al proceso de deforestación y cambios en el uso del suelo en la región amazónica. Colombia, Guyana y Bolivia son los países de la región que han experimentado las mayores pérdidas en la extensión de aguas superficiales.

A nivel departamental, las pérdidas en Santa Cruz se reflejan en otros departamentos bolivianos, incluyendo Beni, Chuquisaca, Oruro, Cochabamba, Tarija, La Paz y Pando. Sin embargo, Potosí presenta una tendencia positiva debido a la formación de nuevas lagunas como resultado del derretimiento de los glaciares en zonas andinas.

La fragmentación de cuerpos de agua también ha sido un problema en la región, causada por la deforestación, el cambio de uso de suelo y la construcción de terraplenes y canales artificiales. Esto ha llevado a una disminución en la extensión de aguas superficiales y cambios en la dinámica de los cuerpos de agua.

La relación entre la deforestación y la disminución de las aguas superficiales es evidente, y algunos expertos sugieren la necesidad de cruzar datos sobre la deforestación con la disminución de las aguas superficiales. A medida que aumenta la deforestación, disminuyen las extensiones de aguas superficiales.

La emergencia causada por la pérdida de aguas superficiales está afectando directamente a las poblaciones más vulnerables y empobrecidas, lo que subraya la necesidad de una gestión adecuada de los recursos hídricos en Bolivia. Además, se han instado a las autoridades a considerar soluciones integrales para enfrentar la escasez de agua y la deforestación en el país. La cooperación internacional, como la que brinda la GTZ (Cooperación Alemana), está desempeñando un papel importante en estos esfuerzos.